Clase social

Cuidar y cuidarse en un sistema capitalista hiperproductivista, conlleva pérdidas


Cuidar y cuidarse -


Cuidar y cuidarse en un sistema capitalista hiperproductivista, conlleva pérdidas

Pérdidas económicas, sociales y personales.

Y es importante hablar de ellas.

Porque a veces encontramos un discurso de los cuidados como que los cuidados son eso que puedes hacer por ti y que todo sale bien y te sientes estupenda, y eso no es cierto. Es clasista. Porque este sistema no está pensado ni para cuidar ni cuidarse. Y quien puede hacerlo sin repercusiones, es porque está en una situación de privilegio económico.

He oído y leído muchas reflexiones sobre cómo maternar tiene repercusiones en la trayectoria laboral de las mujeres, en la parcialidad del trabajo, el empobrecimiento y la menor ascensión en puestos. Lo tiene y esto ocurre porque socialmente no consideramos el maternaje como un valor social, pero también porque lo que más supone maternar es tiempo para cuidar.

Yo no sé si se habla suficiente de las pérdidas y repercusiones económicas que suponen en este sistema los periodos o tiempos para cuidar y cuidarse, o enfermar, especialmente en el caso de no tener cobertura para este cuidado (no tener ningún contrato laboral, ser autónoma precarizada, pertenecer a una clase social baja…)

Así que como lo que se nombra no existe, voy a nombrar mi experiencia.

Yo tengo 42 años y un cuerpo que ha sido intervenido quirúrgicamente en 5 ocasiones y ha vivido varias enfermedades, por las que he necesitado cuidarme. También he tenido a personas que cuidar. Los 15 años que trabajo como autónoma, he pagado las cuotas todos y cada uno de los meses, pero no he cogido más que una baja de 3 semanas en todos mis procesos de enfermedad (y era una situación grave). Me di de alta a pesar de seguir a medias para poder subsistir. Actualmente querría parar de trabajar un tiempo para cuidar mi salud mental, -no porque esté enferma, sino para cuidarla- pero las cuentas no me salen para permitírmelo.

Este sistema capitalista no está preparado para que las personas que no pertenezcamos a una clase alta podamos parar cuando lo necesitemos. Este sistema en general no está preparado para cuidar, para cuidarnos, ni para prevenir un vida saludable que permita no enfermar.

En este tiempo que he vivido teniendo que cuidarme y cuidar, he aprendido a reconocerme (a mi) mi derecho a no estar en actividades sin parar, mi derecho a decir que no para no quemarme, mi derecho a posponer algo cuando no me encontraba suficientemente bien, y a cancelar actividades cuando ha sido imposible para mi cuerpo estar bien.

Yo me lo he permitido, priorizando mi cuidado sobre la productividad. Pero aunque yo me lo permita hoy en día, el sistema no lo hace. 

Y hasta hace poco tiempo, yo tampoco me lo permitía internamente. Porque la realidad es que cada cancelación de actividad, de curso, de cita y de necesidad de tiempo que he tenido que priorizar para cuidar de mi salud ha tenido siempre repercusiones económicas. Siempre. Una autónoma nunca cobra un trabajo no realizado, así que yo he sido la primera que aprendí a presionarme a mí misma a trabajar estando mal, porque si no, no se cobra.

Pero también he tenido repercusiones en forma de pérdida de reconocimiento, de confianza y de relaciones. Y en ocasiones (he de decir que pocas), he vivido incluso violencias y presiones.

Sí, pocas veces porque yo he trabajado en un ámbito muy concreto, el de la igualdad, donde reconozco que la mayor parte casi la totalidad de personas que han concertado conmigo una actividad me han cuidado mucho. Pero una de las primeras veces que tuve que cancelar una charla pública, en mis primeros años de trabajo, el personal técnico que organizaba la actividad me presionó para acudir de cualquier manera y me castigó verbalmente (puede que no me creyeran que yo estaba ingresada en el hospital). Creo que el impacto de las palabras recibidas aún permanece en mí porque siempre que cancelo cualquier cosa pido miles de disculpas. Otras veces que he tenido que posponer y pedir cambios a compañeras, se ha minusvalorado mi criterio, cuestionándome si realmente era necesario hacer ese cambio y preguntando si yo “estaba tan mal” como para no poder ir. Otras veces, personas o entidades han dejado de llamarme, de considerarme válida o buena profesional, o me han criticado públicamente.

Así está el sistema de preparado para cuidarnos.

Y si no lo digo exploto. Pero el sistema está compuesto por personas. No es un ente impersonal. No vale con que hablemos del sistema si no nos cuestionamos cómo hacemos con nuestra posición en ese sistema.

Y creo que es importante cuestionarnos cuánto tenemos inserto las personas en nuestra escala de valores que aquella profesional “buena” es la que nunca falla, que siempre está, que no para, que está en todo y produce todo el rato.

Porque estas creencias provienen de este sistema que solo privilegia la productividad sin importarle desde dónde se consiga esa productividad (aunque tenga que ser mediante la explotación, el descuido, la sobrecarga, o la autoexplotación). Y parece que no importan nada las condiciones en las que estemos, mientras produzcamos. Pero eso sí que no es cierto, las condiciones en las que estamos, importan.

Sin embargo, a la enferma, la que tiene temporadas malas, la que se ha marchado un año, la que cuida de criaturas, la que se coge una baja por estrés, la que decide no aceptar ese trabajo en fin de semana o en ese horario porque considera que eso no es cuidarse, este sistema (y nosotras como personas) la vemos como menos válida, y esto tiene repercusiones.

Si a ti te ha pasado, te entiendo.

Pero además de muchas pérdidas económicas, quiero que sepas que cuidarte, cuidar y valorar tu cuidado también tiene ganancias no económicas. 

Son las amistades y relaciones que se quedan contigo y te cuidan.

Las personas que se enorgullecen de ti.

Las personas que te dicen que eres un buen ejemplo para ellas.

Aquellas personas que te respetan, te cuidan, te preguntan por cómo va tu recuperación.

Aquellas personas que te esperan para llamarte de nuevo cuando puedas volver, te siguen valorando, o incluso te dicen que ahora que te cuidas, te valoran aún más.

La vulnerabilidad humana y la interdependencia es algo universal, lo queramos o no. Todas las personas en algún momento de nuestras vidas vamos a estar en diferentes situaciones: en dependencia de cuidados, en productividad, en cese de productividad, cuidando, recibiendo cuidados.

No va a existir nadie que toda su vida sea productiva.

Y no somos menos, ni valemos menos, por estar en un periodo u otro. 

  • Yo he dicho que no muchas veces a charlas y actividades de difusión remuneradas, perdiendo recursos económicos.
  • Yo he dicho que no muchas veces a entrevistas, publicidad y estrategias de marketing, perdiendo magnitud y relevancia pública.
  • Yo he dicho que no muchas veces a actividades bien pagadas pero no acordes con mis valores.
  • Yo he pospuesto y cambiado muchas actividades de fecha porque hacerlas como estaba era mucho peor que no hacerlas.
  • Y yo todo esto lo he hecho por cuidarme,
  • Y me ha empobrecido siempre.

Desde los feminismos se habla muchas veces de colocar los cuidados en el centro. Pero la realidad es que para muchas personas en situaciones de desigualdad, en este sistema capitalista, priorizar el cuidado les saca del sistema.

El mundo no está montado para cuidarnos.

Cambiémoslo ya. En el sistema social pero también en nuestras creencias y valores, en cómo consideramos a las demás personas por marcharse, tomarse un tiempo, enfermar, no estar… Porque estamos negando nuestra realidad como seres vulnerables. No somos máquinas de producción. Y nos estamos tratando como si debiéramos serlo.

Yo me he maltratado y presionado mucho a mí misma para trabajar incluso aunque no estuviera bien. Y ser consciente de esto, me ha costado mucho tiempo. Por eso sé, que en cuanto consiga este año tener unos ahorros los voy a utilizar en parar mi actividad del todo para cuidar mi salud mental. Y por eso estoy escribiéndome un libro para recordármelo.

Porque cuidarse, no solo es algo a hacer cuando enfermamos.

Gracias a todas las personas que me cuidáis, y a las que cuido y reconocéis mi cuidado. 



Puedes compartir las entradas del blog, siempre con el enlace original y la autoría de @ianireestebanez. Pongo mucho personal en esta en la entrada, no dejes que la rapidez de internet te impida verme. Gracias.